jueves, 1 de septiembre de 2016

Teoria de la Evolucion del Hombre



Teoría de la evolución del Hombre


La actualmente aceptada teoría de la evolución del hombre descansa en tres principios principales. Estos tres principios dependen de la habilidad innata que todas las criaturas tienen que pasar en su información genética a sus crías a través del proceso reproductivo. Una explicación alternativa de la homología es un diseñador común. De acuerdo a este razonamiento, las similitudes en características anatómicas entre las especies apuntan hacia los planos utilizados por un Creador/Diseñador.
El primer principio es la micro evolución, la ocurrencia y acumulación de mutaciones en la secuencia genética de un organismo. Las mutaciones son predominantemente al azar y pueden ocurrir naturalmente mediante errores en el proceso reproductivo, o mediante impactos ambientales, tales como químicos o radiación.
El segundo principio de la evolución es la selección natural. La selección natural es un mecanismo natural por el cual los miembros más aptos de una especie sobreviven para pasar su información genética, mientras que los más débiles son eliminados (mueren) debido a que son incapaces de competir en su hábitat. La selección natural es a menudo calificada como "la supervivencia del más apto" o "la eliminación de los más débiles."
El tercer principio es la especiación, la cual ocurre cuando los miembros de una especie mutan al punto de que ya no son capaces de reproducirse con otros miembros de la misma especie. La nueva población se convierte en una comunidad reproductivamente aislada que es incapaz de reproducirse con su anterior comunidad. Mediante la especiación, los genes de la nueva población se aíslan del grupo anterior.

La teoría de la evolución del hombre está apoyada por un conjunto de observaciones independientes dentro de los campos de la antropología, la paleontología, y la biología molecular. Colectivamente, ellas describen a la vida diversificándose a partir de un ancestro común, mediante graduales cambios genéticos, al paso de millones de años, comúnmente conocido como el "árbol de la vida." Aunque aceptado en las ciencias predominantes como completamente factual y comprobado experimentalmente, un profundo examen de las evidencias revela algunas inexactitudes y razonables explicaciones alternativas. Esto causa que un creciente número de científicos disientan de la teoría de la evolución de Darwin, debido a su incapacidad de explicar satisfactoriamente el origen del hombre. 

Una de las principales evidencias a favor de la evolución del hombre es la homología, es decir, la similitud de características anatómicas o genéticas entre las especies. Por ejemplo, el parecido de la estructura esquelética de los monos y los humanos ha sido correlacionado con las secuencias genéticas homólogas dentro de cada especie como una evidencia poderosa a favor de un ancestro común. Este argumento contiene la gran suposición de que similitud es igual a parentesco. En otras palabras, mientras más se parezcan dos especies, más íntimamente relacionadas están la una con la otra. Se sabe que esto es una mala suposición. Dos especies pueden tener anatomías homólogas aunque no estén relacionadas de ninguna manera. A esto se le llama en términos de evolución, "convergencia." Ahora se conoce que las características homólogas pueden ser generadas de segmentos de gen completamente diferentes dentro de diferentes especies no relacionadas. La realidad de la convergencia implica que características anatómicas surgen debido a la necesidad de funcionalidad específica, lo cual es un duro golpe al concepto de homología y ascendencia. 

Adicionalmente, la evolución del hombre a partir de ancestros parecidos a los monos, es a menudo debatida sobre las bases de la anatomía comparada dentro del registro fósil. Aún así, el registro fósil indica más estabilidad en las formas de especies, que cambios lentos o hasta drásticos, lo cual indicaría etapas intermedias entre especies modernas. Los "eslabones perdidos" continúan perdidos. Y desafortunadamente, el campo de la paleo-antropología ha estado lleno de alegaciones fraudulentas de haber encontrado el eslabón perdido entre los humanos y los primates, al extremo que fragmentos de esqueletos humanos han sido combinados con otras especies, como cerdos y monos, y pasados como legítimos. Aunque la variabilidad genética es observada en todos los pueblos, el proceso de selección natural conducente a la especiación es disputado. Continúan surgiendo investigaciones que desafían al paradigma aceptado, creando preguntas significativas acerca de la certidumbre de la evolución como el origen del hombre.






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