jueves, 1 de septiembre de 2016

Principales Líneas de la Evolución de los Primates


Principales Líneas de la Evolución de los Primates


Generalmente se divide a los primates en dos grupos principales: los prosimios, que incluyen a los loris, galagos, tarseros y lémures, y los antropoides o primates superiores (que incluyen a los monos, antropomorfos y humanos.
Los prosimios modernos son mayormente animales arborícolas de tamaño pequeño a mediano y de hábitos nocturnos. En general, se alimentan de insectos o combinaciones de hojas, frutos y flores. Entre los antropoides, los monos son generalmente más grandes que los prosimios, tienen cráneos más redondeados y, en general, se los considera más inteligentes, aunque ésta es una cualidad difícil de medir. Todos los monos tienen visión estereoscópica completa y son capaces de discriminar los colores y todas las especies tienen hábitos diurnos. Las hembras muestran cuidado parental y los machos pueden desempeñar funciones de protección del grupo.
Los monos aparecieron, probablemente, como una ramificación del tronco prosimio, durante la época Eocena. Comprenden a los monos del Nuevo Mundo -los Platirrinos - y a los monos del Viejo Mundo -los Catarrinos -. Los Platirrinos evolucionaron en Sudamérica y los Catarrinos en África, durante el período Oligoceno.
Los antropomorfos, junto con los humanos (Homo sapiens) conforman el grupo de los hominoides y son parientes de los monos del Viejo Mundo. Los hominoides y los monos del Viejo Mundo se encuentran dentro del grupo de los Catarrinos.
Los antropomorfos actuales comprenden cuatro géneros: Hylobates (gibones), Pongo (orangutanes), Pan (chimpancés) y Gorilla (gorilas). Los antropomorfos, con excepción de los gibones, son de mayor tamaño que los monos y, si se compara el volumen del cerebro con el tamaño corporal, el cerebro es también más grande. Todos los antropomorfos son capaces de suspender sus cuerpos de las ramas cuando están en los árboles aunque, entre los antropomorfos actuales, solamente los gibones se mueven principalmente por braquiación, es decir, balanceándose sostenidos de un brazo y luego del otro, con el cuerpo en posición vertical. Se cree que la suspensión vertical ha desempeñado un papel importante en la transición ocurrida desde estructuras corporales asociadas con la posición horizontal característica de los monos del Viejo Mundo y de algunos primates inferiores, hasta la estructura corporal que llevó finalmente a nuestra posición erecta. Los antropomorfos tienen brazos relativamente largos y piernas cortas y descansan el peso de la parte frontal de sus cuerpos en sus nudillos. Como resultado de esto, aun cuando se encuentren en cuatro patas, sus cuerpos se mantienen parcialmente erectos. Los gibones, orangutanes, gorilas y chimpancés parecen constituir nuestros parientes vivos más cercanos. La gran cantidad de homologías existentes entre estos simios y nuestra especie pone de manifiesto que hemos compartido con ellos un antepasado común más reciente que con ningún otro grupo de primates actuales.



Teoria de la Evolucion del Hombre



Teoría de la evolución del Hombre


La actualmente aceptada teoría de la evolución del hombre descansa en tres principios principales. Estos tres principios dependen de la habilidad innata que todas las criaturas tienen que pasar en su información genética a sus crías a través del proceso reproductivo. Una explicación alternativa de la homología es un diseñador común. De acuerdo a este razonamiento, las similitudes en características anatómicas entre las especies apuntan hacia los planos utilizados por un Creador/Diseñador.
El primer principio es la micro evolución, la ocurrencia y acumulación de mutaciones en la secuencia genética de un organismo. Las mutaciones son predominantemente al azar y pueden ocurrir naturalmente mediante errores en el proceso reproductivo, o mediante impactos ambientales, tales como químicos o radiación.
El segundo principio de la evolución es la selección natural. La selección natural es un mecanismo natural por el cual los miembros más aptos de una especie sobreviven para pasar su información genética, mientras que los más débiles son eliminados (mueren) debido a que son incapaces de competir en su hábitat. La selección natural es a menudo calificada como "la supervivencia del más apto" o "la eliminación de los más débiles."
El tercer principio es la especiación, la cual ocurre cuando los miembros de una especie mutan al punto de que ya no son capaces de reproducirse con otros miembros de la misma especie. La nueva población se convierte en una comunidad reproductivamente aislada que es incapaz de reproducirse con su anterior comunidad. Mediante la especiación, los genes de la nueva población se aíslan del grupo anterior.

La teoría de la evolución del hombre está apoyada por un conjunto de observaciones independientes dentro de los campos de la antropología, la paleontología, y la biología molecular. Colectivamente, ellas describen a la vida diversificándose a partir de un ancestro común, mediante graduales cambios genéticos, al paso de millones de años, comúnmente conocido como el "árbol de la vida." Aunque aceptado en las ciencias predominantes como completamente factual y comprobado experimentalmente, un profundo examen de las evidencias revela algunas inexactitudes y razonables explicaciones alternativas. Esto causa que un creciente número de científicos disientan de la teoría de la evolución de Darwin, debido a su incapacidad de explicar satisfactoriamente el origen del hombre. 

Una de las principales evidencias a favor de la evolución del hombre es la homología, es decir, la similitud de características anatómicas o genéticas entre las especies. Por ejemplo, el parecido de la estructura esquelética de los monos y los humanos ha sido correlacionado con las secuencias genéticas homólogas dentro de cada especie como una evidencia poderosa a favor de un ancestro común. Este argumento contiene la gran suposición de que similitud es igual a parentesco. En otras palabras, mientras más se parezcan dos especies, más íntimamente relacionadas están la una con la otra. Se sabe que esto es una mala suposición. Dos especies pueden tener anatomías homólogas aunque no estén relacionadas de ninguna manera. A esto se le llama en términos de evolución, "convergencia." Ahora se conoce que las características homólogas pueden ser generadas de segmentos de gen completamente diferentes dentro de diferentes especies no relacionadas. La realidad de la convergencia implica que características anatómicas surgen debido a la necesidad de funcionalidad específica, lo cual es un duro golpe al concepto de homología y ascendencia. 

Adicionalmente, la evolución del hombre a partir de ancestros parecidos a los monos, es a menudo debatida sobre las bases de la anatomía comparada dentro del registro fósil. Aún así, el registro fósil indica más estabilidad en las formas de especies, que cambios lentos o hasta drásticos, lo cual indicaría etapas intermedias entre especies modernas. Los "eslabones perdidos" continúan perdidos. Y desafortunadamente, el campo de la paleo-antropología ha estado lleno de alegaciones fraudulentas de haber encontrado el eslabón perdido entre los humanos y los primates, al extremo que fragmentos de esqueletos humanos han sido combinados con otras especies, como cerdos y monos, y pasados como legítimos. Aunque la variabilidad genética es observada en todos los pueblos, el proceso de selección natural conducente a la especiación es disputado. Continúan surgiendo investigaciones que desafían al paradigma aceptado, creando preguntas significativas acerca de la certidumbre de la evolución como el origen del hombre.






Graficos de la Evolucion del Ser Humano

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Australopithecus
Son un género extinto de primates homínidos que comprende seis especies. Las especies de este género habitaron en África desde hace algo más de 4 millones de años hasta hace unos 2 millones de años, del Zancliense (Plioceno inferior) al Gelasiense (Pleistoceno inferior). La mayor novedad aportada por los australopitecos es que se desplazaban de manera bípeda. El tamaño de su cerebro era similar al de los grandes simios actuales. Vivían en las zonas tropicales de África, alimentándose de frutas y hojas. Existe consenso en que los australopitecos jugaron un papel esencial en la evolución humana al ser una de las especies de este género la que dio origen al género Homo en África hace unos 2 millones de años, el cual a su vez dio origen a las especies Homo habilis, H. ergaster y finalmente al hombre moderno, H. sapiens sapiens.

Una rama de los australopitecos se separó de la que derivaría en Homo sapiens, produciendo al Paranthropus robustus del por ahora aceptado género Paranthropus.
La aparición del género Homo está sometida a varias interpretaciones. Las teorías ofrecidas por los expertos colocan a las diferentes especies Homo en una misma época, lo que hace difícil concretar la línea evolutiva. Por otro lado, estas interpretaciones son temporales y dependen de las investigaciones sobre los hallazgos fósiles encontrados hasta ahora, por lo cual, los nuevos descubrimientos producirán, inevitablemente, cambios en las teorías sobre la evolución humana desarrolladas sucesivamente. Aun así, se expone a continuación una versión más o menos aceptada por la mayoría de la comunidad académica.5

Homo
Hasta ahora, las herramientas olduvayenses más antiguas atribuidas a Homo, fueron encontradas en Gona (Etiopía) y datan de 2,6 a 2,5 millones de años.6 En Hadar (Etiopía) fue encontrado en 1994 un maxilar (AL 666-1), cuyas características indican que podría haber pertenecido a un Homo y que data de hace 2,33 millones de años.7

Cronológicamente, Homo habilis podría ser el primero de nuestros antepasados Homo. Los restos más antiguos que con certeza pertenecen a esta especie, datan de hace unos 1,8 millones de años y su nombre, "hombre hábil", se debe a que se le adjudica cierto manejo en la elaboración de útiles de piedra.8 Se cree que convivió con los diferentes tipos de Australopithecus y que fue precisamente la presión ejercida por el género Homo lo que hizo desaparecer a los australopithecinos.4 Sin embargo, a pesar de la aparente superioridad tecnológica del Homo habilis sobre sus antecesores, las diferencias anatómicas eran relativamente escasas, aunque poseían un cerebro ligeramente más grande que los homininos anteriores.

Según las hipótesis tradicionales, el H. habilis evolucionó hace unos 1,5 millones de años hacia el Homo erectus, especie que llegó a habitar gran parte del Viejo Mundo, desde África hasta China e Indonesia.9 Sin embargo se cree que tres especies de Homo habrían convivido entre hace 1,78 y 2,03 millones de años, Homo erectus, H. habilis y H. rudolfensis.10

H. erectus comenzó a ser remplazado por formas arcaicas de Homo sapiens entre hace 400 y 250 mil años en distintas zonas geográficas. Este Homo sapiens arcaico, poseía un cerebro más grande aunque todavía mantenía similitudes físicas con el Homo erectus.

Debido a los descubrimientos en la Sima de los Huesos en Atapuerca, en 1994, aparecen dos líneas evolutivas5 y a los estudios genéticos,11 hoy se tiene la perspectiva de dos líneas evolutivas. La primera desarrollada en el occidente de Asia y Europa desembocó en el Homo heidelbergensis y después de éste en el Homo neanderthalensis;11 y la segunda, desarrollada originalmente en el interior de África, devino en el Homo rhodesiensis o el Homo helmei y posteriormente en el Homo sapiens.5 Esta teoría deja abierto el debate12 sobre el lugar de origen del Homo erectus y su relación con las especies Homo ergaster y Homo georgicus.

La hipótesis de si las dos líneas son dos evolutivas es coherente con los estudios genéticos13 que sustentan la teoría del origen único en África del Homo sapiens, y en cambio se opone a la hipótesis del origen multirregional, que supone la aparición simultánea del H. sapiens en Asia y África.14


Tras el estudio del ADN mitocondrial y del genoma del homínido de Denisova, ha quedado claro además, que una tercera especie, diferente de H. neandertalis y de H. sapiens, sobrevivió en Asia hasta hace 40 000 años.15 16 No se sabe aún cuál fue la relación de esta especie con H. erectus ni con fósiles de China y Java que antes se consideraban sapiens arcaicos. En cuanto a la especie Homo floresiensis, que sobrevivió hasta hace unos 13 000 años, se consideraba inicialmente resultado de una adaptación especializada de H. erectus en un hábitat limitado,17 pero el estudio de sus extremidades indujo a pensar que no procedía de Homo erectus, sino de algún otro homínido anterior, cuya dispersión en el sudeste de Asia aún no está documentada,18 o directamente de Homo georgicus o de una rama de Homo habilis. También se ha documentado en Asia la presencia de los llamados Hombres de la cueva de los ciervos.